Todo parece indicar que openSUSE Leap 42.2 va a ser la bomba
Ya sabéis que no solemos hablar de versiones en desarrollo salvo casos concretos, y este lo es. ¡Vaya si lo es! openSUSE Leap 42.2 seguirá cocinándose a fuego lento hasta el día de su lanzamiento a mediados del mes que viene, pero después de estar usándola una semana como sistema principal en reemplazo nada menos que de Ubuntu 16.04 LTS, he quedado impresionado.
openSUSE Leap 42.2 publicó su tercera beta el 5 de octubre y aún faltan otras dos versiones candidatas por aparecer antes de que el próximo 16 de noviembre se presente la final, que no estable. Porque openSUSE Leap 42.2 es tan estable ahora como Ubuntu 16.04 LTS ahora, casi seis meses después de su lanzamiento; y mejor no hablemos de rendimiento, al menos con respecto al entorno de escritorio Plasma.
No hay que buscarle tres pies al gato para explicarlo: los ciclos de desarrollo de Ubuntu son consistentes, pero palidecen en comparación al proceso de curación que siguen distribuciones de carácter puramente corporativo como Red hat Enterprise Linux o SUSE Linux Enterprise, y openSUSE Leap se basa en gran parte en esta última.
Pero todo eso ya se sabía y lo demás, tal vez, se podría intuir. Lo que me ha pillado por sorpresa es lo sólido que se muestra el sistema tras la congelación de paquetes, que se dio el mismo día en el que se publicó la tercera beta, cuyo lanzamiento recogimos en el PING (ahí si caben versiones en desarrollo). Para que os hagáis una idea, este fue el orden de los acontecimientos:
- El 4 de octubre llegó KDE Plasma 5.8 LTS, de obligada mención puesto que su fecha de liberación fue adelantada a petición de los desarrolladores de openSUSE, de manera que pudiera entrar en la nueva versión de Leap. El porqué del interés de openSUSE en Plasma 5.8 se entiende mejor leyendo el anterior enlace, aunque a tenor de que el foco de Leap es la estabilidad y el soporte a largo plazo, tampoco hay mucho que explicar.
- El 5 de octubre llegó openSUSE Leap 42.2 Beta 3 y la congelación de paquetes, lo cual significa que a partir de ese momento se acabaron las novedades, solo se permiten actualizaciones de mantenimiento.
- El 6 de octubre instalo openSUSE Leap 42.2 Beta 3 en disco, empiezo a probarla, a configurarla… y cuando me doy cuenta, estoy trabajando con ella como si fuese mi sistema principal y hace una semana que no entro en Ubuntu.
Así que lo reconozco, me ha dejado impresionado. Y como llevo usando openSUSE desde que se llama openSUSE… Pues no es fácil que una distro que me conozco al dedillo me sorprenda, la verdad. Por eso me atrevo a adelantar que todo parece indicar que openSUSE Leap 42.2 va a ser la bomba, y no solo por eso.
En el mes de desarrollo que hay por delante se va a seguir puliendo el sistema en muy diferentes áreas. Por ejemplo, ayer se lanzaba KDE Plasma 5.8.1 como inesperada actualización de mantenimiento que sin duda será integrada pronto; se trabaja en mejorar aspectos como el soporte del repositorio comunitario Packman, que aún no está listo… Quedan cosas por hacer y la perfección no existe.
Así que, por favor, que no os confunda este artículo. openSUSE Leap 42.2 no será una opción a recomendar hasta que se vista de largo, pero incluso en su estado actual promete superar a su predecesora y eso son palabras mayores. Y no me entendáis mal. En estos momentos Ubuntu 16.04 LTS es un acierto seguro, estoy encantado con ella y la recomiendo sin pestañear, solo que no había otra comparación posible.
Además, openSUSE Leap 42.2 tampoco va a ser del agrado de todo el mundo. Los usuarios acérrimos de GNOME no se alegrarán al no ver GNOME 3.22 cuando, evidentemente, había tiempo -quizás lo que faltasen son manos- para incluirlo. Y desafortunadamente, la presentación de la distro es tan fea como de costumbre. Detalles.