El derecho a reparar suma un apoyo de peso
Steve Wozniak, cofundador de Apple, expresó su apoyo al derecho de los consumidores a decidir dónde y cómo reparar su hardware. Según Wozniak, Apple no hubiera existido si los consumidores no hubieran tenido el derecho a reparar su hardware sin temor a las represalias.
Muchos fabricantes de hardware, de los cuales Apple es el más conocido tienen políticas que restringen las opciones de reparación de los usuarios, ya sea haciendo imposible acceder a información técni o impidiendo la venta de repuestos oficiales. De ahí que esas prácticas estén en la mira de organizaciones de defensa de derechos del consumidor.
Durante una videollamada con Louis Rossmann, un activista del derecho a reparar, Wozniak pidió que su antigua compañía permita a los propietarios arreglar y modificar su hardware como en los primeros tiempos de la empresa.
De acuerdo con Steve, Apple no hubiera existido si se les hubiera negado a él y Steve Jobs la posibilidad de desmontar, retocar, modificar y arreglar hardware. Del mismo modo recordó que gran parte del éxito del Apple II fue por venderlo con los esquemas de diseño. A partir de eso se preguntó:
Entonces, ¿por qué detenerlos? ¿Por qué detener a la comunidad de auto reparación?
Qué es el derecho a reparar
Aunque a Wozniak, por su historia, le interesa que los usuarios puedan modificar su hardware, la iniciativa también es útil para los usuarios comunes. El derecho a reparar significa no solo poder elegir al técnico al cuál llevamos nuestro equipo y el poder decidir cuándo queremos cambiarlo.
Desde el punto de vista ecológico, por cada año que los consumidores mantienen sus smartphones se logra un impacto ambiental equivalente a dejar en la cochera a 636,000 automóviles.
El movimiento de derecho a reparar busca que los gobiernos de todo el mundo obliguen a los fabricantes de hardware a poner a disposición de los interesados las piezas de repuesto y la información necesaria para poder hacer libremente reparaciones y modificaciones. Hasta el momento las legislaciones locales varían enormemente.
Desde Apple argumentan (hasta el momento con éxito) que los consumidores podrían lastimarse al intentar reparar sus equipos, por ejemplo perforando las baterías del iPhone y generando “combustión espontánea”. La vicepresidenta de Medio Ambiente, Políticas e Iniciativas Sociales de Apple, Lisa Jackson, fue más lejos, afirmando que los iPhones de Apple son «demasiado complejos» para que el usuario promedio los arregle.
Falto que le preguntaran a los legisladores si están dispuestos a confiar la reparación de equipos complejos a gente que vota como vota.
Sin embargo, la cosa parece ir cambiando. Por un lado tanto el Reino Unido como la Unión Europea adoptaron legislaciones contra la obsolescencia programada que obliga a los fabricantes de electrodomésticos a permitir la reparación por 10 años a partir de la fecha de compra. De acuerdo a esto las empresas deben utilizar diseños y procedimientos de fabricación que permitan a los consumidores arreglar su hardware sin daño o modificaciones en las prestaciones, además de facilitar la obtención de piezas de repuestos originales mediante canales de distribución oficiales.
En Estados Unidos en lo que va del año, en 27 de los 50 estados se consideraron proyectos de ley de Derecho a Reparación. Sin embargo, de estos, más del 50% ya han sido rechazados. Solo el de Massachusetts lo transformó en ley.
Según informa Bloomberg, grandes tecnológicas como Apple y Google recurrieron a una consultora llamada TechNet que envió cartas a los legisladores estaduales. Su posición quedó clara en un comunicado firmado por David Edmonson, su vicepresidente:
Permitir que terceros no examinados tengan acceso a información de diagnóstico confidencial, software, herramientas y piezas pondría en peligro la seguridad de los dispositivos de los consumidores y pondría a los consumidores en riesgo de fraude.
Sin embargo, la marea puede cambiar y no solo por el apoyo de Wozniak. La Comisión Federal de Comercio sostuvo en un informe al congreso que el sistema actual de electrónica de consumo perjudica la competencia y el desarrollo económico en áreas de bajos ingresos. Refiriéndose específicamente a las dificultades de acceder a equipos para acceder a la educación a distancia afirmó:
La pandemia ha exacerbado los efectos de las restricciones de reparación en los consumidores. Hay poca evidencia para apoyar la justificación de los fabricantes para las restricciones de reparación