Ubuntu 26.04 LTS será la próxima versión de largo recorrido de la distribución de Canonical y no falta tanto para su lanzamiento: en apenas cuatro meses estará con nosotros. Pero no será exactamente la misma que fue, y es que se caen de dicha denominación dos de sus ediciones oficiales: Ubuntu MATE y Ubuntu Unity, lo cual no significa que vayan a desaparecer.

En resumen, los sabores que sí cabe esperar que acompañen al lanzamiento de Ubuntu 26.04 LTS son la propia Ubuntu, cómo no, además de Xubuntu, Lubuntu, Ubuntu Budgie, Ubuntu Cinnamon, Ubuntu Studio, Edubuntu y Ubuntu Kylin. Ocho en total. Así lo confirma la nota que ha dado a conocer la Ubuntu Technical Board que recoge esta decisión, de la que se hacen eco en OMG! Ubuntu!. Las tres que faltan…

Sí, son tres, incluyendo a Kubuntu, que en principio no aparece listada para la próxima Ubuntu LTS, aunque todo apunta a lo estará. No solo eso: es tan probable que lo esté que las imágenes diarias de Kubuntu 26.04 LTS hace tiempo que están disponibles. Por no mencionar que sería muy raro no contar con el sabor más veterano de Ubuntu y uno de los que ofrecen uno de los escritorios más populares del ecosistema.

El caso de Ubuntu MATE y Ubuntu Unity ese diferente, puesto que ninguna ha solicitado el estatus LTS para Ubuntu 26.04. Para Ubuntu Unity la situación era más o menos esperable: no hubo lanzamiento de Ubuntu Unity 25.10 y el desarrollador principal está ahora centrado en sus estudios superiores, lo que ha complicado el mantenimiento del sabor. Se comenta que hay nuevos colaboradores interesados en asumir el relevo para que el proyecto continúe, pero no hay nada claro por el momento.

Lo de Ubuntu MATE sorprende un poco más, porque venía entregando versiones LTS cada dos años desde que se convirtió en sabor oficial en 2015. Sin embargo, la distribución también atraviesa una escasez de colaboradores y, por lo que se apunta, el problema tiene más que ver con los recursos disponibles que con la voluntad de continuar. Es una triste realidad que afecta a muchos proyecto pequeños y MATE no es, precisamente, uno particularmente atractivo en los tiempos que corren.

Al respecto de estas ausencias cabe matizar, pues que un sabor no tenga estatus LTS no significa que no vaya a lanzar nueva versión, aunque puede darse el caso. Tanto Ubuntu MATE como Ubuntu Unity pueden seguir publicando versiones corrientes y relegar el mantenimiento a los repositorios regulares durante el ciclo estándar de la LTS. De hecho, así funciona más o menos el soporte de las ediciones oficiales de Ubuntu, al margen de la propia Ubuntu.

Conviene recordar también que los sabores oficiales de Ubuntu solo ofrecen tres años de soporte garantizado, frente a los cinco años de soporte general de Ubuntu, y esto no quiere decir que pasado ese plazo estas distribuciones dejen de recibir actualizaciones ni que sus responsables pierdan la capacidad de mantenerlos, pero sí marca la frontera del compromiso formal de soporte. Por poder, el usuario puede agotar los cinco años de soporte en Ubuntu o cualquier otra.

En la práctica, los sabores sin estatus LTS en un ciclo de LTS seguirán recibiendo las mismas actualizaciones de base que el resto, incluidas las correspondientes a las pilas de hardware (HWE). La diferencia es que no publicarán las clásicas revisiones puntuales que reempaquetan en una nueva ISO todos esos cambios, correcciones y actualizaciones del kernel. No habrá «actualizaciones de mantenimiento» para estas versiones, si bien un soporte mínimo está garantizado o no saldrían.

Lo que que no podrán ninguno de los sabores oficiales de Ubuntu en ningún caso es estirar el ciclo de vida del sistema hasta los recién anunciados 15 años de soporte, como también pueden hacer en Ubuntu para WSL. Pero esa es otra historia.

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